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La puerta de entrada a la Quebrada de la Conchas, a solo 99 km de Salta capital al margen de la ruta panorámica 68, un pueblo que supo ser por demás animado y donde el desarrollo del ferrocarril tuvo mucho que ver.
Se llama así en honor a los obreros de origen Alemán que hicieron posible la construcción del ramal c13 del Ferrocarril Belgrano que uniría la capital con los Valles Calchaquies.
Alemanía (sí, con acento, como lo pronuncian en Salta) era un prospero y atípico pueblo de montaña. Lugar de diversión y vicios varios. Tal era su fama de endiabladas fiestas y buena paga, que hasta los buscadores de oro venían a prestar servicios al ferrocarril y a disfrutar de la diversión del lugar. Entre 1916 y 1920 fue el período de mayor esplendor con el desarrollo y la llegada del tren. Desde aquí, se podía llegar en colectivo hasta Cafayate por un sinuoso camino de montaña.
Fue una época grandiosa, toda la zona estaba en desarrollo. En Cafayate comenzaban a instalarse los primeros viñedos de donde saldría el mejor Torrontés de argentina. El tren acortaba las distancias y favorecía el comercio. Pero el inicio de la primera guerra mundial, todo se paralizó, y aunque el pueblo continuo agitado por bastante tiempo, ya no era lo mismo. Cuando finalmente se retoman las obras del ferrocarril, se decide no atravesar los Valles Calchaquies, y Alemanía queda como la última estación del ramal. Esto fue el inicio del fin, los obreros se trasladaron a nuevos destinos, los buscadores de oro regresaron a lo suyo y la vida del pueblo se fue apagando de a poco. A pesar de que el tren continúo llegando hasta 1971, nunca se recuperó.
Para el 2001 estaba prácticamente abandonado, y fue recién en 2015 con la llegada de un grupo de artesanos que se asentaron allí que comenzó a poblarse de nuevo, pero no llegaban a ser mas de 10 familias.
En 2021 finalmente fue restaurado todo el complejo y queda inaugurada la nueva Alemanía, un proyecto del gobierno de salta que busca rescatar los pueblos que fueron desapareciendo al cortarse la circulación del tren.
A modo de comité de bienvenida, un duo un muy particular te recibe sobre hermosos bancos tallados en troncos.
Hoy, es un sitio que busca recuperar su antigua gloria. Se acondicionó la vieja estación, creando un espacio para la venta de artesanías autóctonas y una cafetería-resto con mesas también sobre el anden, ideal para comer algo antes de seguir camino. Un dato no menor e importante: Los servicios son nuevos y están en excelentes condiciones.
Dentro de la estación esta también un centro de información turística que te asesora sobre actividades a realizar en la zona y en toda la provincia.
El antiguo galpón se convirtió en un Centro de Interpretación, que busca educar al visitante y colaborar con la comunidad y la preservación del medio ambiente.
Se desarrollo un parque botánico con especies autóctonas de la Quebrada de la Conchas que el visitante puede ir descubriendo por medio de cartelería descriptiva en el sitio. También una plaza seca y espacio para la recreación y el descanso del visitante.
Para ingresar hay que pasar por el viejo puente ferroviario, que da directamente a la calle principal que solo conserva alguna que otra vivienda de adobe típica de la zona o de piedra y ladrillo un poco más moderna.
Lo cierto es que no hay mucho para ver en sí, pero en honor a lo que fue y a lo que puede llegar a ser, merece un “Alto en el camino”. Recorrer sus calles desiertas e imaginar cómo pudo haber sido a principios del siglo pasado, este pueblo en medio de la montaña a y a 1175 msnm. con bares, burdeles, casas de familias, y toda una construcción gigantesca en marcha.
A pesar de que las vías están seriamente dañadas por las crecidas de los ríos, dicen que de vez en cuando se las siente vibrar, como si el fuera a llegar en cualquier momento…
No te llevara mucho tiempo, solo será una pausa en un entorno de tranquilidad, bellos paisajes, y todo el misterio de su pasado lejano. 👣
📌 Si llegaste hasta aquí, y te gusta el trekking, la aventura y dispones de unas horas, existe un camino detrás de la estación que podes seguir , remontando el río Alemanía hasta la cascada, un hermoso salto de agua en medio de un paisaje deslumbrante. El trayecto puede llevarte unas 3hs. de caminata de poca dificultad, pero atenti, porque para llegar hay que atravesar propiedad privada por lo que conviene pedir permiso primero.
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