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Portlligat, el refugio de un genio.

Actualizado: hace 5 días

Un rincón reservado y tranquilo, escondido en una pequeña Cala.


Llegar desde Cadaqués es sencillo, tan solo son 1,4 km. Lo ideal es hacerlo caminando por el camino de Ronda, lo que puede llevarte 15 minutos y podrás disfrutar de increíbles vistas durante el paseo. Y en auto apenas 2 minutos.


Rápido o lento a Portlligat se viene por una razón: conocer La casa Museo de Salvador Dalí y descubrir qué le atrajo tanto de este lugar.


Quizás el color del mar, el aire, la luz, la belleza y tranquilidad de su entorno, o el hecho de que estuviera escondida. Por alguna o razón o por muchas, este sitio tiene algo muy especial. Aunque en el fondo no deja de ser un típico pueblo mediterráneo de pescadores, bien protegido por la bahía de Oliguera y con una única playa de unos 150 m. de arena gruesa con muchas piedras, sin servicios ni infraestructura. Pero sí que enamora...


Aqui lo simple es regla, dejando de lado la casa de Dalí, que es como un universo paralelo. Las calles, las casas, los bares, el ambiente en sí es muy sencillo y relajado. Incluso la playa, la Cala y la Isla se llaman igual, para que complicarla no?.



"Portlligat es el lugar de las realizaciones. Es el lugar perfecto para mi trabajo. Todo se conjura para que así sea: el tiempo transcurre más lentamente y cada hora tiene su justa dimensión. Hay una tranquilidad geológica: es un caso planetario único" - Salvador Dalí -

Durante el verano suelen verse embarcaciones fondeadas, y botes cerca de la playa. Se pueden realizar excursiones y llegar navegando hasta la isla o alquilar un kayak y dar un paseo por la cala. Sus aguas poco profundas y cristalinas permiten distinguir con claridad el color de cada una de las piedras del fondo.



Lo cierto es que no hay mucho más para hacer en este paraíso, pero sí llegaste hasta aquí, Tómate un momento para recorrerlo. Es hermoso, pacífico y con una energía muy particular. No te llevará mucho tiempo y es una buena forma de conectar con lo que deslumbro y mantuvo cautivado a Dalí durante casi 40 años.



Los paisajes de Cadaqués y Portlligat influenciaron la obra del artista y podemos sentirlo en su arte, al igual que el aspecto lunar del Cap de Creus.



La casa Museo, todo un proceso de gestación.


La primera Barraca fue comprada por Dalí en 1930 , y no era más que un cuarto destartalado donde guardaban los aparejos de pesca los hijos de la antigua dueña. Pero Dalí tenía su propia opinión al respecto:


"Nuestra casita debía componerse de una pieza de unos cuatro metros cuadrados, que debía servir de comedor, dormitorio, taller y vestíbulo. Se subían unos peldaños y, en un rellano, se abrían tres puertas que comunicaban con una ducha, un retrete y una cocina apenas lo bastante grande para moverse en ella. Deseaba que fuera muy pequeña -cuanto más pequeña, más intrauterina." -SD-

Para 1932 ya eran dos barracas y un anexo y en 1935 continua la ampliación adquiriendo más barracas y ya con un arquitecto, Emili Puignau, a cargo de hacer realidad las ideas del gran Genio. En 1940 Gala y Dalí emprendieron un exilio voluntario a la Ciudad de Nueva York, del que no regresarían hasta 8 años después. Tras este impasse el proyecto siguió creciendo y desarrollándose. La casa crecía y con ella la vida de Gala y Salvador.



Dalí solía referirse a ella como:

"Una verdadera estructura biológica (...) A cada nuevo impulso de nuestra vida le correspondía una nueva célula, una habitación" -SD-

El resultado es una construcción compleja y laberíntica, con desniveles, rincones extraños sin salida, pasillos extremadamente estrechos, salas y salones que se suceden como si no fueran a terminar nunca. Recorrer la casa de Dalí es todo una experiencia, hay que saborearla, detenerse y observar. Hay muchos detalles, millones y uno más loco y asombroso que otro. Desde el Oso disecado que te da la bienvenida hasta el michelin que te espía en la piscina. Nada aquí es normal y a la vez, es tan real y concreto. No podía ser de otra manera, es la casa del rey del surrealismo.



No creo haber visto dos ventanas iguales, ni en tamaño ni en diseño. Pero de todas se tiene una vista deslumbrante de la bahía de Portlligat. Tapices, alfombras, obras del artista, todo lo que puedas imaginar esta ahí. Me llamo la atención la sencillez en los cuartos más privados y de uso cotidiano, como sus tocadores (cada uno tenia su propio baño), el dormitorio (también dormían en camas separadas) y el vestidor de gala (mas allá de las mil fotos que lo tapizan) son espacios simples, hasta despojados teniendo en cuenta el entorno.




El consideraba que la perfección solo se podía representar con el espiral de una caracola, con el cuerno de un rinoceronte y con los átomos. Y estos elementos están muy presentes en su casa.


Para Dalí, el huevo es amor, esperanza, vida preuterina. Dentro de un huevo el seria feliz.

¿Sabías que Dalí tuvo un hermano, de idéntico nombre y que falleció 9 meses antes de que él naciera?



Elena Ivanovna, Gala, su gran amor, su musa, esta presente en cada rincón de la casa, en fotos, en cuadros, sus adornos. Podría él tener aquí su refugio, pero definitivamente esta casa es Gala.



Con la muerte de ella en 1982, se cierra una etapa en la vida de Dalí y no vuelve jamás a Portlligat. De hecho, el que visita la casa puede sentir como si cada habitación, cada objeto estuviese detenido en el tiempo, esperando a que regresen sus dueños para volver a la vida.

Encontrar un mate sobre una repisa como un objeto de culto, aqui, en la casa de Salvador Dalí, del otro lado del océano ha sido lo más extraño y gratificante de la experiencia. Un mate!! elemento más criollo que una alpargata, que por cierto también usaba don Salvador.

Hoy en día, a pesar de ser un centro turístico de renombre, sigue siendo una playa de arena gruesa, piedras, y sin servicios. Esta claro que Portlligat es Dalí, su casa Museo, su arte, su esencia que esta en cada uno de los rincones de este pequeño lugar en el mundo.












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